"Guardi".
TÍTULACIONES:
Guía de Montaña y Escalada.
Masajista Deportivo y Osteópata.
Técnico Superior en Actividades Físicas y Animación Deportiva.
Socorrista Acuático.
Palmerero-Arborista-Verticalista.
Experiencia Laboral:
Mi estilo de Vida Nómada y Amante de la Montaña me ha ido llevando por senderos de aprendizaje y experiencias en los diferentes sitios donde he tenido el privilegio de vivir. En todos esos lugares he trabajado para empresas punteras del sector. He aportado mi granito de arena y he aprendido de algunos grandes maestros. Me quedo con ciertas lecciones de los mejores, pero lo que más me ha llenado es haber conseguido transmitir esta pasión tan especial y haber enseñado las técnicas de la escalada a tantos alumnos y amigos. Ver su evolución como escaladores, su motivación. Acompañarles a la cima y sentir su alegría, a veces tras lograr la mayor ilusión de su vida en la montaña, sin duda, ha sido muy reconfortante.
Madrid, EspacioAcción.
Cantabria, Alpin Proyect.
Málaga, Climbat Málaga.
Actividad Deportiva:
Esquí Alpino desde 1980:
Cotos, Valdesquí, Navacerrada, La Pinilla.
Sierra Nevada.
Alto Campó.
Candanchú, Astún, Formigal, Cerler, Panticosa.
Baqueira Beret, Grandvalira.
Cauterets, Luz Ardiden.
Les 3 Vallées: Courchevel, Les Menuires, Méribel, Val Thorens, Saint Martin, Orelle.
Chamonix: Les Houches, Argentière, Vallorcine.
Escalada en Roca desde 1989:
Pedriza, Peñalara, La Cabrera.
Circo de Gredos, Galayos, Villarejo y Torozo.
Picos de Europa, Desfiladero de la Hermida, Quirós, Vegacervera, Pared del Eco, Pico San Vicente, Atxarte.
Ordesa, Peña Montañesa, Riglos, Órganos de Montoro. Midi D'ossau.
Montrebei, Terradets, Collegats, Vilanova de Meia, Sopeira. Caballers, Travesani,Montserrat, Dent D'orlu.
Ponoig, Tozal del Levante, Puig Campana, Peñón del Divino, Penón de Ifach, Mascarat.
Leiva.
El Chorro, Torcal de Antequera, Alcandoras, Cahorros, Sierra Nevada.
Verdón, Ecrins, Chamonix.
Dolomitas, Val di Mello, Val di Orco.
Gorges du Todra.
Yosemite, Indian Creek, Casttelton Tower, Fishers Towers, Zion, Joshua Tree, Red Rocks.
Alpinismo desde 1992:
Guadarrama, Gredos, Sierra Nevada, Montañas Palentinas, Picos de Europa, Pirineos, Alto Atlas, Alpes incluyendo algunos Cuatromiles.
Esquí de Montaña desde 1993:
Guadarrama, Gredos, Sierra Nevada, Pirineos. Alpes.
Escalada en Hielo desde 1994:
Peñalara, Cabezas de Hierro, Circo de Gredos, Sierra Nevada, Neila, Picos de Europa, Bielsa, Peña Telera, Ardonés, Circo de Troumouse, Gavarnie, Cogne, Argentière, Mont Blanc du Tacul.
Espeleología desde 2006:
Cantabria.
Algo más sobre mi historia:
De Madrid, 1977.
Comencé a esquiar desde bien pequeño de la mano de mis padres. Siempre me apasionó...pero cuando descubrí la escalada y me até a una cuerda por primera vez, algo cambió en mi para siempre.
Aprendí de mi padre, apodado El Galleta, quien me subió al Pájaro de la Pedriza cuando tenía 12 años. No es casualidad que ese mismo risco sea mi preferido desde siempre y hasta entonces. Me subió al Naranjo de Bulnes al año siguiente. Con 14 años escalamos el Espolón de los Franceses también en Picos de Europa. Un año después ascendimos hasta la misma cima del Mont Blanc. Con 16 años nos metimos convencidos a la vía Rabadá Navarro de la mítica vertiente Oeste del Naranjo o Picu Urriellu, solo que esta vez era yo quien empezaba a liderar nuestra peculiar cordada padre e hijo. En aquella ocasión decidimos abandonar y no llegamos a la cima, ni siquiera nos acercamos. Días antes habíamos logrado con éxito la Sur clásica de Peña Santa de Castilla desde Soto de Valdeón ida y vuelta en 21 horas non stop. Después, se han ido acumulando años de escaladas intensas y grandes momentos, algunos duros de recordar incluso, pero creo que todos merecieron la pena.
A los 16 años conocí a mi hermano de las montañas, Enoc Guerra, y el mundo mágico de aventuras y guerreros de la roca se abrió ante nosotros de manera sorprendente. Comenzamos a realizar escaladas de categoría en todo el marco peninsular. Yo con 18 y Enoc aún con 16 años, conseguimos terminar la Rabadá Navarro del Urriello. Entonces algo sucedió entre nosotros que perdura hasta hoy, y que es difícil de explicar. Bueno en realidad simplemente aprendimos juntos a cuidar el uno del otro sin más metas que soñar y jugar a ser grandes alpinistas. Tal era el punto, que recuerdo jugar verdaderamente con él "a la montaña", en un momento de inflexión desconocido. Puntualmente fantaseábamos, empezábamos a ser mayores pero aún eramos niños. Cuanto más frío hacía, cuanto más duro era todo, más disfrutábamos de parecernos a nuestros ídolos. Juntos abrimos vías audaces para nosotros. Vías como Toma Escuela Pedricera, Tres Valles, Algunos Sueños se Cumplen... Formamos un gran equipo equilibrado para aventurarse hacia arriba sin fácil retorno y también para retirarse cuando era necesario, aunque eso no lo llevábamos tan bien. Cuando la cosa se ponía fea eramos capaces de asumir nuestro mejor papel, el punto fuerte de cada uno.
A mis 19 años escalamos Zarathrusta en el Gallinero entre otras grandes de Ordesa. Enoc tenía 17. Con 15 escaló liderando todo el tiempo su cordada las Brujas del Tozal. Me contó que de lo que había conocido, aquellas paredes eran lo más. Conocimos los vetustos anclajes de muchas vías, hicimos los últimos usos. Poco después se fueron reequipando todas las grandes clásicas, por suerte y gracias, se aprecia una gran diferencia y seguridad. En aquella época ya nos dedicábamos a ayudar y rescatar a otras cordadas en apuros. Bueno en realidad hacíamos lo que podíamos, pero es cierto que no dudábamos un instante en salir del saco de dormir en mitad de la noche, allí en nuestro vivac, para ir a buscar a otros escaladores atrapados en la montaña.
Nuestras escaladas hicieron historia en Madrid, podría decirse, pues había surgido una cordada de jóvenes única en su momento; algo más parecido a lo de antes que a lo que venía. Los escaladores y alpinistas en los que nos fijábamos se dieron cuenta de eso, les gustaba, reconocieron una esencia en nosotros, algo que comenzaba a dar la sensación de perderse a nivel general con las nuevas tendencias venideras de la dificultad.
Participamos en las primeras pruebas de selección de Jóvenes Alpinistas que se hicieron a nivel Nacional, y aunque el resultado fue pobre, en realidad eramos los dos más jóvenes de los 20 seleccionados, aunque bueno, había otro compañero más entre la edad de Enoc y la mía. Sólo 8 tenían un puesto en el equipo. Quedé el nº19 y Enoc el nº15, él era el más fuerte de los dos. La mayoría de aquella élite de compañeros siguieron siendo auténticas máquinas de escalar montañas, por desgracia algunos no duraron mucho tiempo.
Al poco, nos enroló Ramón Portilla en el proyecto de las 6 Caras Norte de los Alpes. Escalé junto a Ramón el Piz Badile y la Cima Grande di Lavaredo. Enoc nos acompañó en el Espolón Walker de las Jorasses...y entonces, se truncó el destino y se precipitó al vacío irreversiblemente la ilusión de una ruta en una gran pared. Ramón sobrevivió a su peor noche en la montaña y nosotros, estábamos con él, a su lado e inseguros de saber ayudarle o poder hacer algo útil de verdad. De nuevo y entre todos nos salvamos mutuamente. Logramos resistir y nos rescataron finalmente. Ramón volvió a nacer. Sin embargo Enoc y yo descubrimos que las fantasías y los juegos de montaña eran de verdad. Con 21 y 19 años, aprendimos que la montaña siempre tiene la mano, que la carta maestra no la tenemos nosotros, que la montaña está viva y se vuelve peligrosa... Siempre lo supimos, pero nunca imaginamos cómo podría llegar a cambiar todo tan deprisa. Desde entonces nada volvió a ser igual, y sin embargo no parece haber cambiado nada en absoluto. Sabemos cómo piensa cada uno de los dos en cada momento, y escalando más aún. Es bonito, es algo que sólo entiende el que ha vivido una conexión en la montaña tan intensa como la nuestra.
17 años después del accidente en la cara Norte de las Grandes Jorasses y a pesar de otro intento fallido dos años después, volví junto a Ramón para intentar de nuevo el proyecto. Creí que lo conseguiríamos, a pesar de los 59 años del que siempre fue y seguirá siendo un gran maestro en quien fijarme. Pensé que podríamos lograrlo, estábamos convencidos. Nos equivocamos y tuvimos que ver de nuevo nuestra pobre jugada frente a la combinación maestra de la Walker. Al menos esta vez nos bajamos por nuestros medios, y no fue ni fácil ni seguro, pero lo hicimos. Fue un gran día sin duda. La curiosidad es que desde el día del accidente Ramón y yo no habíamos vuelto a escalar juntos, y a la vez, como si pareciese no haber pasado el tiempo, allí estábamos de nuevo, luchando contra nosotros mismos en realidad, contra nuestros propios fantasmas, y no era para menos. Ramón lo definió así: "No hemos hecho cumbre, pero estamos vivos".
Otra gran aventura ! Al menos nos sentimos satisfechos de haberlo intentado de nuevo juntos, aunque Enoc esta vez no pudiera acompañarnos.
Entre tanto se fue construyendo una buena parte de la vida entre montañas, con éxitos y fracasos, con días que se mezclan y olvidan, y con días imborrables, con compañeros y sobre todo compañeras de aventuras y sueños que hicieron todo más bonito aún si cabe. Hoy seguimos y seguiremos. La pasión, la ilusión, la emoción, la magia y la virtud de la montaña nos impulsa y no nos abandona, ya es para siempre... La unión entre compañeros y amigos a una cuerda es especial, siempre queda algo, como un sello único de coleccionista, introcable.
Ahora, no dejo de soñar...según me recuerdan mis amigos y maestros. Me hice guía al final, aunque de alguna forma ya lo era en verdad...ahora seguiré persiguiendo mis sueños, mi particular Ciervo de Oro.
Felices aventuras compañeros y compañeras.
... Ya os iré ampliando un poco más mi historia ...
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